Desmontando mitos: La realidad de las toallitas

Desmontando mitos: La realidad de las toallitas

Continuamos con nuestra sección desmontando mitos donde arrojamos un poco de luz sobre aquellas creencias erróneas que suelen darse en el día a día. Ya vimos en su momento cómo el bicarbonato no es un buen remedio para remediar los desatascos en Sevilla, en esta ocasión vamos a poner el foco en unos productos biodegradables: las toallitas.

Las toallitas húmedas

En la actualidad es muy común ir al supermercado y encontrarnos con productos en los que aparece indicado la etiqueta de biodegradables. Es cierto que muchos de estos artículos tienen una composición menos agresiva para la naturaleza pero, aun así, no son tan biodegradables como pensamos. Uno de estos casos, son las toallitas húmedas.

Estas toallitas húmedas en principio se han usado tradicionalmente para los bebés, de hecho se han conocido durante años como “toallitas de bebés”, pero actualmente es un producto usado tanto por adultos como por pequeños. Esta moda disparó su uso poniendo en peligro las redes de saneamiento, que advierten que las toallitas que se venden como biodegradables en realidad no lo son.

Ya os contamos en su día por qué no es bueno tirar las toallitas húmedas al W.C. pero lo cierto es que esta práctica se está convirtiendo en un problema. Las toallitas están fabricadas con una fibra que no se descompone, sino que se hacen una bola y aparecen multitud de hebras que son muy difíciles de eliminar del alcantarillado.

¿Qué debemos hacer para evitar este problema?

A diferencia de lo que nos informan las propias empresas fabricantes de las toallitas, no es recomendable tirarlas a través del retrete. Si queremos utilizarlas, lo mejor es desecharlas a través de la basura.

Aun así, debemos plantearnos si realmente estas toallitas nos proporcionan una mejora en la limpieza para que pueda suplir al papel. Estamos hablando de que el papel higiénico se disuelve en casi un 90% al cabo de cinco días, mientras que en este tiempo, las toallitas solo han desaparecido en un 26%… ¿Lo consideráis un producto biodegradable?

Afortunadamente, las autoridades ya se han puesto en marcha y quieren concienciar a la población a través de sanciones en forma de multas. Las cuantías de las que hablan rondan los 3.000 euros, pero en cualquier caso la finalidad última de esta normativa sería cambiar los hábitos de muchos hogares en beneficio del medio ambiente, y no la de la propia multa.