En muchas ciudades del mundo es común ver a sus ciudadanos atendiendo la limpieza de las partes frontales de sus casas y negocios. De hecho, en algunas localizaciones esta acción es obligatoria y a cada ciudadano le corresponde el cuidado de una parte de su ciudad.
En Sevilla es una práctica tradicional que las personas limpien sus aceras, ventanas y paredes frontales. Esta costumbre es una estupenda forma de conexión entre ciudadanos y sus urbes, los cuáles se preocupan por la limpieza y belleza de sus frentes. Cuando las personas contribuyen de manera voluntaria a mantener la ciudad más limpia se crea un espacio más amigable.
Sin embargo, algunos ciudadanos cometen involuntariamente algunos errores a la hora de hacer estas labores. El derroche de recursos inestimables como el agua o la electricidad se une a entorpecimientos de la circulación o atascos del sistema de alcantarillado urbano. Generalmente, estos desconocimientos causan daños urbanos muy costosos en servicios tan necesarios como el sistema de alcantarillado público.
El mantenimiento y limpieza de alcantarillados cuesta a las ciudades millones de euros anualmente. Conociendo las consecuencias de algunas malas prácticas a la hora de limpiar nuestros frentes podemos reducir sus efectos y mejorar nuestra ciudad.
5 errores que podemos corregir al limpiar nuestros frentes
Para muchos ciudadanos su casa o su negocio no termina en la puerta sino que se extiende hacia la acera, las paredes frontales, ventanales o escaparates. Mantener estos espacios en buen estado ayuda a cuidar nuestra propiedad de manera integral. Pero, a la hora de mantener estos espacios limpios, con una buena apariencia y con una estética impecable, debemos:
No arrastrar residuos sólidos hacia las alcantarillas
Muchas personas eliminan de su frente cualquier tipo de basura, materia orgánica y residuos sólidos, usando la manguera como escoba acuática. Esta práctica introduce materiales a los recolectores de agua de lluvia de las calzadas causando daños mayores.
Reducir el gasto de agua durante la limpieza
Utilizar excesos de agua para lavar aceras, paredes, ventanas y escaparates produce un derroche innecesario de este valioso recurso. Lo ideal es barrer y limpiar los frentes con el mínimo de agua y sólo usar la manguera como recurso final.
Evitar pasar al vecino los residuos
Limpiar únicamente nuestro frente y pasar la acumulación de suciedad hacia nuestros vecinos, es una práctica poco amable, anti-ciudadana e ineficiente. Lo ideal es recoger toda la basura y eliminarla en los contenedores adecuados.
Usar químicos agresivos
Los químicos de limpieza con altos porcentajes de corrosivos o contaminantes terminan en el alcantarillado causando daños muy graves. Las sustancias químicas reducen la vida útil de tuberías y además contaminan las plantas de tratamiento de aguas residuales.
Usar inadecuadamente pistolas de alta presión
Usando una presión inadecuada podemos arrancar restos de pintura, esmaltes, piedras y materiales de construcción que serán arrastrados hacia la alcantarilla. Estos materiales se sedimentan causando taponamientos en arquetas y tuberías.
Haciendo un uso consciente de los recursos y manteniendo una adecuada actitud ciudadana podemos limpiar nuestros frentes sin afectar el sistema público. Esto optimiza el mantenimiento y la limpieza de arquetas para asegurar su perfecto funcionamiento especialmente cuando más las necesitamos.